martes, 15 de marzo de 2011

La música, ésa que amansa a las fieras y que ayuda a hacernos un pelín más felices.. La que por las noches nos duerme y por las mañanas nos levanta, la que nos hace coger el mango de la fregona y cantar y querer comernos el mundo como si de las cantantes nos tratáramos, perder el poco control de la situación y volverte un poco más loca de lo que normalmente estás acostumbrada a ser, la que entra en nuestro ser y hace que nuestras caderas se muevan sin control de un lado al otro, nuestra cabeza pierde todo sentido y cerramos los ojos, nos imaginamos otro lugar, al más romántico de los jardines o al más heavy de los parques, como una bala que te atraviesa y que es imposible de extirpar, así es la música, deja huella en ti, en tus pasiones, en tus sentamientos y emociones, en todos tus sentidos. Levantar las manos cuando la canción rompe y no poder parar de mover los pies, bailar bailar y bailar... Emocionarse con una canción al recordarnos ese momento tan especial o a esa persona que con el paso del tiempo siguen nuestros brazos implorando, aquella tarde tan graciosa o aquel beso tan dulce. Esa mirada que te llenó de vida, su mano junto a la tuya dibujando corazones en el cielo, Saltar, saltar y volver a saltar con el ritmo en tus pies, alegría que se contagia, pena llevadera, amistad entre líneas, amor bajo unas letras, reivindicaciones en un mismo son. Querer gritar, querer soñar, querer volar, querer encontrar… Y pensar que cuando bailamos..todos los cuerpos van a un mismo son, cuando nos reunimos en la pista, dejamos las peleas atrás y nos dejamos llevar por esa magia que la música nos lleva…Miles de sentimientos bajo el nombre de una canción…

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