martes, 28 de agosto de 2012

1.


     Esa chica que veis ahí tan dormitida, tan risueña y tan preciosa... ¿A que no sabéis quien es? Es la chica que me ha estado haciendo sonreír todos los días. Es la chica que me ha conseguido hacer feliz desde el minuto cero que le conozco. Es la chica que ha hecho por mí lo que ninguna otra persona ha podido hacer: una felicidad permanente en mi ser. Es la chica que me ha conmovido con sus palabras y me ha hecho reír con muchas otras. Es la chica que ha permanecido conmigo, aunque estos 406 kilómetros no permiten que me abrace cuando lo necesito. Es la chica que me mira nerviosa y me dice 'te quiero' cada día y cada noche. Es la chica que antes de dormir me dice un bonito 'buenas noches princesa'. Es la chica que me ayuda a caminar cuando me duele al andar. Es la chica que me ha dado todo lo que es en tan solo 8 meses. Es la chica que se ha hecho sentir tan cerca mía como ha podido desde tan lejos. Es la chica que me ha permitido hacerle la persona más feliz del mundo porque ¿Sabeis? Es mi chica y le pienso hacer feliz. Pienso darle todo lo que ella me ha dado, devolvérselo con creces porque ella lo merece. Ella merece todo y más.

     Le daría las gracias por todo lo que ha hecho por mí en este tiempo. Y es más, ya lo he hecho. Mil veces además. Aunque nunca un 'gracias' servirá para compensar todo lo que esta chica ha estado dispuesta a hacer por mí. Pero sí te voy a dar las gracias por dejar que sea yo quien te haga feliz por un tiempo y gracias también, de antemano, por todo el tiempo que nos queda juntas.

28.

lunes, 20 de agosto de 2012

Ñiè.


Es verla sonreír y es como si los problemas no existieran. La veo mirando la pantalla, absorta a que la contemplo fijamente y me quedo pensando que es lo que por su cabeza estará corriendo . Un fuerte deseo de hacerle mía me recorre todo el cuerpo y desearía estar con ella, para tenerla entre mis brazos, para abrazarla siempre que me diera la gana, para poder ver su sonrisa de cerca, esa sonrisa que tanto me gusta y poco a poco me está volviendo loca. Esos ojos verdes que me están llamando, una mirada que me lo dice todo sin necesidad de palabras y una mueca en su cara que me convence aún más de que tengo que estar allá, con ella. Veo su brazo y me dan ganas de agarrarle fuerte y perdernos por ahí, de escaparnos, volar adonde no podamos ser encontradas. Coger nuestra camioneta y salir, creo que no necesitaríamos más que nuestras sonrisas para ser felices. Ojalá.

sábado, 18 de agosto de 2012

jueves, 9 de agosto de 2012

Un día menos.

     Día sí, día también, me siento frente a esta pantalla a soltar unas frases sin sentido. Frases siempre dedicadas a ella, mi chica, mi sueño. 
     Paseo por mi memoria, buscando recuerdos perdidos en mi mente. En ellos le veo. Le veo conmigo, le veo cuando paseaba conmigo por la calle de la mano, le veo cuando nos sentábamos en el sofá plácidamente a ver la televisión mientras jugueteaba con su pelo, le veo cuando entraba en la habitación y me tiraba en la cama besándome, acariciándome y haciéndome suya cada vez que su aliento se posaba en mi nunca, le veo cuando me miraba y una sonrisa se dibujaba en su rostro viniendo hacia mí y besándome despacio.
     Y así pasa mi tiempo, imaginándote de nuevo conmigo. Pero cada vez falta menos para tenerle entre mis brazos y poder rodear su cintura con mis manos. Mientras tanto aquí mantengo la sonrisa a duras penas, fingiendo a veces estar bien cuando lo único que me apetece es llorar porque no le tengo. Pero tú, tú tienes que sonreír por mí. Tienes que hacerlo por las dos. Tu sonrisa puede ser maravillosa si es sincera. 
     Tú, sonríe princesa. 


lunes, 6 de agosto de 2012

Vacía.

     Sí, la palabra que mejor me define en estos momentos es esa. Vacía. Vacía por dentro, vacía por fuera. Vacía de caricias y de sueños. Vacía de besos e ilusiones. Vacía de recuerdos y sensaciones. ¿Sabéis por qué?
    El por qué es tan simple que asusta. Ella no está. Ella no está y siento que las cosas no van bien. Antes, cuando estaba con ella, cogía su mano y todos mis problemas se disipaban. Era algo mágico. Tan mágico como su sonrisa. Esa sonrisa que me volvía totalmente loca. ¿Sabéis lo que más me gustaba? Creo que era el momento en el que venía hacia mí, me decía 'te quiero' y me daba un beso convertido tras él en una sonrisa cálida y llena de felicidad. O quizás cuando salía de la ducha, con el pelo cayendo sobre su cara a darme un beso agarrándome de la cintura. Era perfecto. Cada segundo que pase junto a ella lo era. Podría pasarme la vida escribiendo momentos, momentos que para cualquiera no tienen importancia, pero que valoro al cien por cien. Sí, le echo de menos. Pero no es ninguna novedad.
     Y es por eso por lo que me siento tan vacía. Porque ella me llenaba por completo. En aquellos días no necesitaba más que su mano pegando a la mía para sonreír. Ahora para poder conseguirlo, debo de probar de mil maneras de las cuales no obtengo resultado alguno, más que el hecho de forzar mi mente a recordar instantes en lo que sonreí. Pero ya son risas embotelladas, risas que se quedaron en el momento.
     Vale que no sea la primera vez que siento estas mariposas, estas ganas de tener a alguien a mi lado. Pero si es la primera vez que veo un futuro entre las dos. Un futuro que podemos crear a nuestro aire, con nuestros pros y nuestros contras. Siendo felices, viviendo la una para la otra y compartiendo sonrisas, lágrimas y sentimientos.
    Porque no hay distancia que esté lejos.