sábado, 24 de marzo de 2012

Nadie es perfecto. ¿Quién definió los términos de la perfección? ¿Quién dijo "Tú eres perfect@" por primera vez? Nadie puede ser perfecto porque esa puta perfección no existe. ¿Que le dije a alguien que lo era? Sí. ¿Que realmente se lo que es la perfección? No. Porque tanto tú como yo sabemos que es algo inexistente. Algo que no se tiene ni se compra. Uno nace como nace y tiene las características que tiene. No puedes ser mejor o peor persona de la nada. Siempre habrá algo que te influya en la forma de pensar, en la forma de ser, en la forma de sentir, en la forma de ser tú y que te definirá también tus cualidades. Quizás nunca te dijeron que eres perfecto ¿Y sabes? Mejor. Nadie sabe lo que es y podrían llamarte cualquier cosa 

martes, 6 de marzo de 2012

Y me siento tan vacía pensando en el hueco que tú en mi corazón algún día puedes dejar, como si el frío invadiese mi cuerpo y calase mis huesos rápidamente. No quiero pensar en el mañana, y menos en un mañana en el que tú no estes, porque lo eres todo para mí. De repente, y sin avisar, te hiciste espacio en mi vida y yo nunca te cerré las fronteras de lo que soy porque vi algo en ti. Algo que me hizo bombear fuerte el corazón, anquilosado por ser querido sin él poder querer. El tiempo acortó las distancias y nos acercó. Una a la otra contando sus problemas y dejando a un lado la posible desconfianza que existe entre dos personas que no se conocen. Primero amigas y ahora pareja. ¿Sabes a lo que más temo en este mundo? A que un día me mires y no sientas lo que siempre dijiste y me hiciste creer que sentías, me veas y no recorra en ti el deseo de besarme, hacerme tuya en cada lugar. A eso es a lo que  siempre le tendré miedo y no habra día que pase que no llore pensando en ese día y en las pocas ganas que me quedan de vivir imaginando que eso pase....

jueves, 1 de marzo de 2012

Me gusta empezar a escribir diciendo que los días pasan y pasarán. Es una forma de ver como se esfuma el tiempo sin apenas darnos cuenta. Lo peor de todo no es que el tiempo quiera pasar, si no que ese tiempo se lleve a alguien a quien aprecias y alguien con el que has compartido miles de momentos. Ese alguien, si algún día lee esto, sabrá de que hablo. Día a día me enfrento con su mirada y no sé que decir, no sé que debo pensar al ver que ya sus ojos no me miran como siempre ni que su boca ya no dibuja una leve sonrisa al vislumbrar mi pelo rizado caminando entre la gente. Han sido mañanas, tardes y noches contigo y a ninguna creo que deba ponerle pega. Confesiones a altas horas de la noche, miradas que lo decían todo y lágrimas, tanto de la risa como de pena, que fueron guardadas en nuestros hombros y buena parte también en nuestros abrazos. Hay días en que te veo pasar a mi lado y pienso: Te echo de menos. Otros en los que simplemente me apetece cortarte el paso y abrazarte. Pero uno realmente no se da cuenta de lo que repercuten sus actos en los demás hasta que ya se ha hecho. ¿Me lo merezco? Sí. ¿Es lo que quiero? No.