jueves, 9 de agosto de 2012

Un día menos.

     Día sí, día también, me siento frente a esta pantalla a soltar unas frases sin sentido. Frases siempre dedicadas a ella, mi chica, mi sueño. 
     Paseo por mi memoria, buscando recuerdos perdidos en mi mente. En ellos le veo. Le veo conmigo, le veo cuando paseaba conmigo por la calle de la mano, le veo cuando nos sentábamos en el sofá plácidamente a ver la televisión mientras jugueteaba con su pelo, le veo cuando entraba en la habitación y me tiraba en la cama besándome, acariciándome y haciéndome suya cada vez que su aliento se posaba en mi nunca, le veo cuando me miraba y una sonrisa se dibujaba en su rostro viniendo hacia mí y besándome despacio.
     Y así pasa mi tiempo, imaginándote de nuevo conmigo. Pero cada vez falta menos para tenerle entre mis brazos y poder rodear su cintura con mis manos. Mientras tanto aquí mantengo la sonrisa a duras penas, fingiendo a veces estar bien cuando lo único que me apetece es llorar porque no le tengo. Pero tú, tú tienes que sonreír por mí. Tienes que hacerlo por las dos. Tu sonrisa puede ser maravillosa si es sincera. 
     Tú, sonríe princesa. 


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