Sí, es él. Aquel que me ha acompañado desde el principio de la andadura. Al que le debo lágrimas, pero también el triple de sonrisas. Parece mentira que fuera ayer cuando se tropezó en mi camino y a día de hoy, siga conmigo. Pocas palabras me quedan que decirte, pero muchos hechos aún por demostrarte y muchos fines de semana que serán nuestros. Te quiero hermano
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