miércoles, 22 de junio de 2011


Quiero…
Que una noche de verano, ambas estemos tiradas en cualquier lugar sin importarnos nada más que aquel momento, atraídas por la magia de la noche y el embrujo de la luna, mirándonos, sonriéndonos, dando la vida en cada sorbo que le dábamos a aquellas latas de coca-cola. Sólo esperaba eso, sólo eso. Que me miraras y me dijeras: te quiero. Que me sonrieras para siempre y que no te separases de mí, cogieses mi mano y que, bajo el silencio y la caricia de la luna, me besaras. Que todo miedo fuese eliminado de nuestro cuerpo y se convirtiese en pasión. Sentimientos que se fundían en la oscuridad de la noche, dos almas que buscaban ser amadas y dos corazones que por fin se unieron…

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