Rodearte con mis brazos y no dejarte nunca marchar. Contemplar tu rostro y devorar cada una de las sonrisas que me dediques. Arroparte con mis besos y mis caricias tan puras como tu piel. Soñar contigo en las noches más oscuras y encontrarte en sueños bellos y luminosos llenos de tu vida y de tus cálidas carcajadas.
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