Ambas sentadas en una cama deshecha escuchando las finas notas de un violín desgarrando nuestros adentros. Nuestras miradas no podían separarse, no querían hacerlo. Acariciaba levemente tu rostro y sonreías; juraría que esa sonrisa quedó guardada en mi mente. Unos ojos cristalinos observándome mientras me perdía en los dulces versos de la canción. Permanecía nerviosa, inquieta, expectante a aquel momento, nuestro momento. Cada mano fue buscando su hueco entre los huecos de la otra, temblorosas e intranquilas. Sólo necesitamos esa unión para sentir que todo era perfecto, absolutamente todo. De repente, te miré. Te miré y pude sentir ese pinchazo en el corazón al sentirte tan cerca, al sentirte tan mía. Un beso calló al silencio y un 'te quiero' se deslizó por los labios del momento. Un 'te quiero' sincero, puro.
Nuestro momento. Solo para nosotras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario