viernes, 25 de mayo de 2012

Realidad.


Siempre me ha gustado ir contando los pasos que voy dando al andar. Es mi forma de medir la distancia recorrida, el tiempo pasado. Cada día vuelan las horas paseando por los recuerdos y por una galería de la memoria que está repleta de momentos capturados en sonrisas. El eco de mis pasos va gritando tras de mí mientras ando por aquella sala, con pinturas de otros tiempos en las que, los que hoy son conocidos, en otra época fueron mis mejores amigos. Veo como la pintura de esos cuadros llora. Llora tan fuerte que me atormenta, me hace pensar en qué ha pasado con ellos. Por qué antes estaban y por qué desde hace un tiempo han desaparecido de mi vida. Preguntas que rondan siempre mi cabeza, desde que noto que nada es lo mismo. Me agacho despacio y toco la pintura que cae con la punta de mis dedos y un soplo de aire entra por mi nuca, cerrando mis ojos y transportándome a las plazas que tanto habitábamos, a rincones que hacíamos nuestros y a palabras que siempre sonaban a risa. Aquella risa tan tonta y, a la vez, tan nuestra.

Hoy voy a esos lugares, me siento en estos bancos y pienso en el por qué de tanto cambio, en el por qué de tanta distancia y en el por qué de los por qués.

¿Volvería un día a ser lo que construimos?

http://www.youtube.com/watch?v=BIl6OJfqGNo

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